FILADELFIA (AP) — Todo lo que hace Jeremy Peña parece salir de la manera más natural.
Como hacer que luciera como pura rutina el haber conectado un jonrón en la Serie Mundial y el contribuir decisivamente para que los Astros de Houston se pusieran a tiro de conquistar el segundo campeonato de la franquicia.
El sucesor de Carlos Correa en el campocorto de los Astros sigue respondiendo en el mayor de los escenarios.
Derrochando la clase y aplomo de un curtido veterano, el dominicano de 25 años redondeó una actuación completa la noche del jueves. Se convirtió en el primer torpedero novato en disparar un cuadrangular en la Serie Mundial, amén de añadir un par de sencillos y realizar una magnífica atrapada en la victoria 3-2 sobre los Filis de Filadelfia en el quinto juego.
“Novato o no novato, no importa”, dijo Peña. “Estamos en la Serie Mundial. Sales a jugar, sales competir y que gane el mejor”.
Después de recibir los galardones al Jugador Más Valioso de la serie por el título de la Liga Americana y el Guante de Oro en las últimas dos semanas, Peña acaricia el laurel más preciado: el trofeo de la Serie Mundial.
Arriba 3-2 en el duelo contra los Filis, cuesta creer ahora que los Astros empezaron la campaña bajo la incertidumbre de cómo reemplazar a Correa.
“Nunca lo entendí de que yo tenía que llenar los zapatos de alguien”, dijo Peña. “Nada más tenía que salir a jugar y hacer lo mío. Pero cuando acabe la temporada, una vez que hemos conseguido nuestro objetivo, que es llegar hasta el final, me sentaré y reflexionaré por todo lo que he vivido”.
“Aún queda mucho trabajo por delante y tenemos que seguir concentrados”, añadió.
Con su radiante sonrisa, Peña ha demostrado con creces que no se asusta ante nada. Y está en todas.
Conectó un sencillo remolcador por el medio del diamante para adelantar a los Astros en el primer episodio y luego se estiró para engarzar la línea de Nick Castellanos, abortando una amenaza de los Filis.
En el cuarto, Peña la desapareció sin nadie en circulación. Su batazo cayó en las tribunas del bosque izquierdo, para una ventaja 2-1 y sacar del montículo al abridor de los Filis Noah Syndergaard.
Peña apuntó con su dedo derecho índice al aproximarse a la segunda base y aplaudió al seguir su caminó al plato. Luego, al cruzar por tercera, encogió los hombros —como lo hacía Michael Jordan— y creó una forma de un corazón utilizando sus dos manos.
Por algo el manager Dusty Baker y los Astros le quieren tanto.
“Jeremy ha sido uno de nuestros caballos”, dijo el receptor Martín Maldonado. “Pone la bujía y la energía”.
Peña también demostró que sabe ejecutar los fundamentos, aportando un sencillo en una jugada de bateo y corrido que remolcó una tercera carrera en el octavo para marcar la diferencia definitiva.
La noche de tres hits dejó a Peña con 8 imparables en 21 turnos (.381) incluidos un par de dobles y un jonrón en la Serie Mundial.
Y se presentó antecedido por sus 7 hits en 16 turnos (.353) con dos jonrones y dos dobles al barrer en cuatro juegos a los Yanquis de Nueva York en la serie de campeonato de la Ameircana.
Los Astros vieron un talento especial cuando Peña bateó para .253 y con 22 jonrones durante la temporada regular.
“Se presentó al campamento siendo un novato. Tenía los ojos bien abiertos”, recordó Baker. “Siempre prestó atención. Te podías dar cuenta que era atento y confiado, pero callado. Y vaya que está jugando súper bien. Ha cargado con nosotros durante esta postemporada. Eso es especialmente difícil para un precoz pelotero, un precoz torpedero. Sencillamente contento de tenerlo”.